Partiendo de la tecnología FSI (Fuel Stratified Injection), «Inyección Estratificada de Combustible» desarrollada por Bosch y aplicada por Volkswagen en sus motores de gasolina, tecnología en la que el combustible es inyectado directamente en las cámaras de combustión por unos inyectores situados en un lado del cilindro, los cuales reciben la gasolina gracias a una bomba de alta presión accionada por el árbol de levas y a un sistema common rail (conducto común). Volkswagen a creado sus motores TSI (Turbocharged Stratified Injection), “Inyección Estratificada Turbocargada”.
Este motor puede disponer de un compresor volumétrico más un turbocompresor.
En un primer momento, y prácticamente desde el ralentí, el compresor volumétrico se encarga del trabajo de llenar los cilindros hasta llegar a las 3.500 r.p.m. El turbocompresor entra a las 2.400 r.p.m. y a partir de las 3.500 r.p.m. actúa ya completamente sólo hasta el corte de inyección.
Existen cuatro variantes de este motor, todas ellas de 1390cc, de 122, 140, 160 y 170 CV. El primero de ellos no dispone de compresor volumétrico y sólo incorpora un turbocompresor.